Los fabricantes hace tiempo que se han dado cuenta que el color y acabado es un factor que influye considerablemente en la elección de un automóvil.  

¿Sabéis cómo funciona el sistema de pintura en los automóviles? Puede que os resulte curioso, pero cuando empezaron a fabricarse los coches en línea todos eran de color negro. A medida que las producciones crecieron y los clientes empezaron a pedir una mayor gama de color, se ampliaron los catálogos y hoy en día es posible elegir entre 10 o 12 tonalidades. Pero, ¿cómo funciona?

Pues resulta más complejo de lo que parece. El sistema de pintado de un automóvil se clasifica según el número de capas de pintura que se le aplica, de tal forma que puede ser:

• Monocapa: una sola copla de pintura que incluye color, brillo, resistencia y protección.
• Bicapa: dos capas, una de color que puede llevar diferentes efectos (metalizado, perlado, etc) y otra de barniz que le aporta un extra de brillo, resistencia y protección. Es el sistema más habitual hoy en día. 
• Tricapa: una primera capa con la que se aplica un tono genérico normalmente con colores básicos, otra segunda capa formada por una gran cantidad de resina y los distintos materiales que conferirán el efecto deseado al final (metalizado, perlado, …) y por último una tercera capa de barniz que como siempre proporcionará la capa final de acabado aportando brillo y protección.  La de efecto permite que la luz traspase y se refleje la capa de fondo de tal forma que la mezcla de ambos efectos da lugar a un resultado único, imposible de lograr con un sistema bicapa.

 Es por eso que el sistema de pintura tricapa para los automóviles es bastante exclusivo y conlleva un coste adicional en los modelos de serie. Por no mencionar que su reparación supone todo un reto, y sino que nos lo digan a nosotros. El más leve roce mientras se está realizando puede llevar a tener que empezar de nuevo. Es por eso que se trata de trabajos minuciosos que llevan su tiempo e implican su coste, pero el resultado es tan espectacular que merece la pena sin lugar a dudas.